
Una nueva perspectiva para prevenir y curar a los pacientes de COVID-19: Animar a los equipos médicos a contactar con personas curadas tratadas con dióxido de cloro en solución (CDS)
Mediterranean BioMedical Journals Integrative Journal of Medical Sciences 2020, Volume 7, 229 DOI: 10.15342/ijms.7.229
Enrique A. Martínez Universidad Católica del Norte, Coquimbo, Chile
RESUMEN Este artículo está escrito para animar a los equipos médicos de todo el mundo a ponerse en contacto con los pacientes de COVID-19 ya tratados con Dióxido de Cloro en Solución (CDS), un gas soluble en agua. Para contactar también con los equipos médicos que acompañan a los casos del estudio con el fin de verificar las condiciones reales de salud de los pacientes. Por último, se invita a preguntarse si el CDS debería probarse en sus respectivos entornos sanitarios locales, ya que es de bajo coste, parece muy eficaz contra todas las infecciones víricas y casi no tiene efectos secundarios. PALABRAS CLAVE: CDS; Dióxido de Cloro en Solución; COVID-19; Declaración de Helsinki. Correspondencia: Dr Martinez Enrique, Foyer de Charité de Provence, BP63, Lambesc, 13410, Francia. Correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Copyright © 2020
Martinez EA. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo la Atribución 4.0 Internacional de Creative Commons, que permite el uso, distribución y reproducción sin restricciones en cualquier medio, siempre que se cite adecuadamente el trabajo original. En junio de 2020, la pandemia de COVID-19 ha provocado más de 4,3 millones de casos confirmados y más de 290.000 muertes en todo el mundo. La pandemia ha cambiado el mundo para siempre. Los cambios sociales, económicos, medioambientales y sanitarios [1] han cuestionado fuertemente la forma en que la humanidad puede responder a ésta y a otras amenazas invasivas tan rápidas. Este artículo pretende animar a los equipos médicos a seguir lo que se ha hecho en algunos países donde los pacientes que sufren COVID19 han sido tratados con éxito con CDS (Dióxido de Cloro en Solución). bolsas contra virus como el VIH y otros patógenos [3], por qué no intentarlo en pacientes con COVID-19 teniendo entonces tan pocas alternativas de tratamiento. Estos ensayos dieron como resultado la recuperación de todas las patentes tratadas en sólo cuatro días de tratamiento [2]. Teniendo en cuenta la declaración de la Asociación Médica Mundial de Helsinki - sección nº 37, que establece que "Todo médico está autorizado a utilizar procedimientos preventivos, diagnósticos y terapéuticos nuevos o no probados", y el hecho de que miles de pacientes que sufrían esta infección por COVI-19 estaban muriendo, en mayo de 2020, los médicos de Ecuador, decidieron probar el dióxido de cloro en solución para tratar a 104 pacientes. Estos pacientes firmaron, bajo verificación notarial, una autorización y alta para recibir este tratamiento [2].
Utilizaron el CDS reconociendo que, por un lado, se sabe que los virus son absolutamente sensibles a la oxidación y, por otro lado, si funciona en la sangre humana
¿Qué es el CDS? Esta molécula de gas (ClO2) es altamente soluble en agua. Una vez en solución el gas da un color amarillento, por refracción física. Hasta la fecha, no se ha introducido en la farmacopea convencional como ingrediente activo, aunque desde 1994 se utiliza de forma obligatoria para desinfectar y conservar las bolsas de sangre para transfusiones, tras su uso patentado como agente antiviral en 1991 [3]. También se utiliza en la mayoría de las aguas embotelladas aptas para el consumo, ya que no deja residuos tóxicos. Además, el gas se evapora a temperaturas superiores a los 11 ºC.
¿Cómo actúa el CDS sobre los virus (y las bacterias)? El pequeño tamaño de los virus (y bacterias) permite que el oxígeno los oxide muy rápidamente, sin afectar a las células más grandes de los seres vivos infectados por virus o bacterias [4]. La acción precisa es sobre los ácidos nucleicos. Los ácidos nucleicos, DNARNA, están formados por una cadena de bases de purina y pirimidina, guanina (G), citosina (C), adenina (A) y timina/uracilo .2020;7: 2 p 1 Integr J Med SciMartinez EA Perspectiva para la prevención y para curar a los pacientes COVID-19 (T/U). Las bases de guanina, que se encuentran tanto en el ARN como en el ADN, son muy sensibles a la oxidación, formando 8oxoguanina como subproducto de la misma. Por lo tanto, cuando la molécula de ClO2 entra en contacto con la guanina y la oxida y da lugar a la formación de 8-oxoguanina, entonces bloquea la replicación del ácido nucleico viral por emparejamiento de bases. Aunque la replicación de la cápside de la proteína puede continuar, la formación del virus completamente funcional está bloqueada por la oxidación gracias al ClO2.
El oxígeno del ClO2 parece desplazarse más rápidamente en el torrente sanguíneo al no necesitar la hemoglobina para ser transportado. Esta hipótesis explicaría, según los datos registrados, por qué los pacientes tratados con CDS y que sufren de COVID-19, recuperaron sus niveles de saturación de oxígeno tan rápidamente [2]. En el pasado, este gas y las moléculas relacionadas han sido probadas contra varios virus, bacterias pero también contra otros parásitos más grandes como hongos y levaduras [5]. Además, el CDS tiene una toxicidad extremadamente baja contra los humanos a corto y largo plazo (5,6,7,8,9,10). Estos estudios no mostraron efectos nocivos sobre características fisiológicas como el pulso, la frecuencia respiratoria y la temperatura, ni sobre parámetros bioquímicos como la glucosa, el nitrógeno ureico, los fosfatos, la fosfatasa alcalina, las transaminasas o las excreciones tiroideas. Tampoco se detectaron hemólisis ni anemias a dosis de 24 ppm al día, durante dos semanas. El dióxido de cloro era seguro incluso para el agua potable, como se demostró en un estudio de 198 personas durante 115 días [11]. La sobrerreacción mundial aplicada sobre las personas como el bloqueo social parece provocar más problemas que el propio virus [12]. Los pocos tratamientos aún disponibles, los altos costes
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