CORONAVIRUS, INFORMACIÓN ESPECIAL
Médicos e investigadores
Tratamiento exitoso contra COVID19 (Sars-Cov 2)


Solo 2 meses más tarde a principios de noviembre tras la aplicación masiva donde según los datos de importación se ha elaborado más de 2500 m cúbicos de dióxido de cloro se observa una reducción de la mortalidad casi a cero y una clara reducción de la curva de infecciones colocando Bolivia en un lugar único ya que los países colindantes siguen estando con curvas incrementales.
La nueva ley nacional permite a las universidades certificar y producir dióxido de cloro como CDS para uso terapéutico.
La implementación ha sido posible gracias al esfuerzo de varios agrupaciones medicas , en especial la COMUSAV liderado por Dra. P. Callisperis & Dra. Suxo en Bolivia.
La COMUSAV (Coalición Mundial de Salud y Vida) reúne mas de 4000 médicos en 24 Países que están utilizando el CDS con un éxito rotundo por su eficacia sin efectos nocivos en las dosis usadas.
Dióxido de cloro para Coronavirus: un enfoque revolucionario, sencillo y eficaz.
Marzo 2020 DOI: 10.13140/RG.2.2.23856.71680 Licencia CC BY-NC-SA 4.0
Proyecto: Estudio de toxicidad del dióxido de cloro en solución (CDS) ingerido por vía oral Andreas Ludwig Kalcker y Helena Valladares.
Co. : Liechtensteiner Verein für Wissenschaft und Gesundheit LI-9491 Ruggel www.lvwg.org
E-mail alk@lvwg.org
Teoría oxigenativa con oxidación selectiva de patógenos a través de ClO2.
Durante los últimos 100 años la industria farmacéutica se ha enfocado principalmente en la concepción y uso de sustancias tóxicas para crear medicamentos destinados a receptores concretos, sin fijarse nunca en el
proceso natural del cuerpo qué es la oxidación de patógenos, tal y cómo se puede observar en los macrófagos del sistema inmune.
La nueva terapia de oxidación selectiva qué al mismo tiempo aporta oxígeno molecular en forma de O2 abre un sinfín de posibilidades y una tecnología nueva que puede ser esencial para el futuro humano.
El dióxido de cloro (ClO2) se ha utilizado desde hace más de 100 años para combatir todo tipo de bacterias, virus y hongos. Actúa como desinfectante, ya que en su modo de acción resulta ser un oxidante.
Se asemeja mucho a la forma en la que actúa nuestro propio cuerpo, por ejemplo en la fagocitosis, donde se utiliza un proceso de oxidación para eliminar todo tipo de patógenos. El dióxido de cloro (ClO2) es un gas de color amarillento que, hasta la fecha, no está contemplado por la farmacopea convencional como principio activo, aunque se utiliza de manera obligatoria para desinfectar y conservar las bolsas de sangre donada para transfusiones.
[2# Alcide studies on blood disinfection]
También se usa en la mayoría de las aguas embotelladas aptas para el consumo, puesto que no deja residuos tóxicos; además de ser un gas muy soluble en agua y que se evapora a partir de los 11 ºC.
La reciente pandemia del coronavirus Covid-19 exige soluciones urgentes con enfoques alternativos. Por ello, el dióxido de cloro (ClO 2 ) en solución acuosa a dosis bajas promete ser una solución ideal, rápida y efectiva para la eliminación de este virus.
Demasiadas veces ocurre que la solución se halla en el camino más simple.
El planteamiento es el siguiente: por un lado sabemos que los virus son absolutamente sensibles a la oxidación y por otro, si funciona en bolsas de sangre humana contra virus como el HIV y otros patógenos, lógicamente puede funcionar en este caso también.
El virus SARS-COV-2 que produce la enfermedad COVID-19 ha generado un cambio dramático en la actividad mundial desde finales de 2019. Esta nueva enfermedad nos recuerda a los estragos sufridos por las pandemias experimentadas durante la peste bubónica, el cólera y la llamada influenza o gripe española. El virus ha generado hasta el 03 de julio de 2020, 10.710,005 casos y 517,877 muertes confirmadas en el mundo.
De los microorganismos de este género de la familia Coronaviridae se conocen siete especies que pueden infectar al ser humano y poseen un genoma de una sola cadena de ARN con una longitud de entre 26 y 32 kilo bases. El SARS-CoV-2 emergió a fines del año 2019 en la ciudad de Wuhan en China y de allí se esparció a la mayoria de países del mundo ocasionando la primera gran pandemia del Siglo XXI. Inicialmente se consideraba una infección respiratoria, que evoluciona a serias complicaciones respiratorias y sistémicas que puede causar la muerte de los pacientes .
Tras seis meses de evolución, se sabe que la principal complicación es neumonitis con el consecuente síndrome de dificultad respiratoria daño endotelial , tormenta de citoquinas , coagulación intravascular diseminada, , falla multisistémica grave y finalmente la muerte .
Se asume que se transmite principalmente a través de la vía aérea penetrando por mucosas, cuando las partículas de saliva son proyectadas hacia fuera mediante la tos y los estornudos. En los últimos meses, investigaciones realizadas en Italia han demostrado que su diseminación aérea es mucho mayor que lo que se pensó inicialmente ( Setti , Leonardo et al , Universitá di Bologna ,2020 ) .
La medicina actual no tiene un tratamiento ni una prevención primaria realmente eficaz para contener el covid19 . Las medidas propuestas intentan reducir la transmisión con distanciamiento social, lavado de manos frecuente y aislamiento en casa lo que reduce la velocidad de infección, aunque en realidad no el número de infectados.
Esto ocasiona un fuerte impacto social, sanitario y económico a nivel global.
Todo Médico está Autorizado a usar procedimientos preventivos, diagnósticos y terapéuticos nuevos o no comprobados según la DECLARACIÓN DE LA ASOCIACIÓN MÉDICA MUNDIAL DE HELSINKI– Apartado nº 37 (Esto se aplicaría también al dióxido de cloro).
Según la declaración solo el médico tiene la decisión de aplicar el tratamiento y si el paciente se lo pide este queda autorizado para usar el dióxido de cloro cuyo uso es ya oficial en Bolivia contra el covid-19.
Según la comisión de los derechos humanos toda administración que lo prohíba se hace responsable y toda Advertencia sin firmar no tiene legalidad alguna ante la ley.
*En todo caso, debe observarse la legislación nacional respectiva y, en particular, sus disposiciones de uso en caso de emergencias nacionales.