El Protocolo Z implica el uso de generadores de frecuencias de microcorrientes o impulsos de plasma frío, como el Biotrohn® y el Plasmatron®, para la recuperación y el bienestar. Este enfoque busca crear resonancia con las células afectadas con el fin de promover la coherencia celular y la recuperación. Aquí se describen las recomendaciones y el uso básico de estos dispositivos:
Biotrohn® (Generador de Frecuencias):
Seleccione el programa que corresponda a la afección que desea tratar en el dispositivo Biotrohn®.
Agarre los electrodos con las manos y presione la tecla «INTRO».
El procedimiento se llevará a cabo automáticamente, y el Biotrohn® se apagará solo después de completar el programa.
Es recomendable colocar una servilleta de papel mojada en los electrodos para mejorar la conductividad. En el caso de niños o ancianos que no puedan sostener los electrodos por mucho tiempo, se pueden colocar calcetines en sus manos.
Plasmatron® (Generador de Plasma Frío):
Seleccione el programa correspondiente a la afección que desea tratar en el dispositivo Plasmatron®.
Acuéstese cómodamente de lado y comience el programa, que dura entre 30 minutos y 1 hora aproximadamente. El dispositivo se detendrá automáticamente al finalizar el programa.
Los impulsos de plasma frío penetran más profundamente y son especialmente efectivos para ayudar en afecciones como Lyme (borreliosis), diabetes y cáncer.
Más información en: https://www.medalab.com
Recomendaciones:
Utilice estos dispositivos en un lugar tranquilo y sin distracciones, como la televisión o el teléfono celular, para relajarse durante el tratamiento.
Comience con programas generales y, después de un tiempo, aborde el problema específico que desee tratar.
Limite el uso a un máximo de dos o tres programas al día con al menos 5 horas de diferencia entre ellos.
Puede colocar los electrodos en el cuerpo, pero asegúrese de que el volumen sea inferior al 30%.
Está contraindicado para personas con marcapasos y válvulas coronarias metálicas.
Aún no existen estudios sobre su uso durante el embarazo, por lo que se desaconseja su uso en mujeres embarazadas por precaución.
El Protocolo Z representa un enfoque interesante que combina la medicina convencional con la terapia de frecuencias.