Evidencias clínicas
Macroestudio de :
Dr. Manuel Aparicio-Alonso, Carlos A. Domínguez-Sánchez* y Marina Banuet-Martínez
Deparment of Natural Sciences, Jurica Medical Center, Queretaro, Mexico.:
Resumen
A partir de diciembre de 2019, se informó el primer caso de COVID-19 en Wuhan, China, y se propagó rápidamente en todo el mundo. Esta enfermedad ha causado millones de muertes y hasta la fecha no hay un medicamento completamente efectivo contra esta enfermedad. Este estudio evaluó los efectos negativos y positivos del Dióxido de Cloro (ClO2) como una terapia alternativa para el tratamiento de COVID-19. Se recopiló información de los registros médicos de 1136 pacientes tratados por COVID-19 con tres protocolos diferentes de una solución acuosa de ClO2 en una dosis media de 1.41 mg/kg.
El tiempo promedio de resolución de los síntomas fue de 4.84 días, y el tratamiento completo duró 15.87 días. Además, el 6.78% de los pacientes presentaron reacciones adversas leves y esporádicas como dolor de cabeza, mareos, vómitos, diarrea y náuseas. No hubo efectos secundarios que pusieran en peligro la salud de los pacientes. Los análisis de sangre no revelaron ninguna anormalidad sistémica después del consumo de ClO2. Las enzimas hepáticas, la glucosa, el colesterol total y los triglicéridos volvieron a la normalidad al final del tratamiento. Sin complicaciones, el 99.03% de los pacientes fueron dados de alta. Nuestros hallazgos muestran que, cuando se utiliza en la concentración y dosis adecuadas, el ClO2 como solución trata eficazmente el COVID-19 al tiempo que es seguro para el consumo humano.
Introducción
La nueva enfermedad reportada a finales de 2019 (COVID-19), causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, se caracteriza principalmente por síntomas respiratorios agudos acompañados de fiebre, malestar, dolor de cabeza y, ocasionalmente, síntomas digestivos y nerviosos [1,2]. Estos síntomas son causados por respuestas inflamatorias excesivas [3,4] y coagulopatías debido al daño endotelial causado por la proteína Spike del SARS-CoV-2 [5].
Desde principios de 2020, cuando la Organización Mundial de la Salud lo declaró, la pandemia de COVID-19 ha afectado gravemente a la mayoría de los países en términos de morbilidad y mortalidad, así como en términos del costo económico y social de las medidas tomadas para frenar la pandemia. Uno de los principales desafíos planteados por esta enfermedad ha sido encontrar medicamentos efectivos para tratar el COVID-19 [6].
El Dióxido de Cloro (ClO2) es un gas soluble que se utiliza en diferentes países para desinfectar agua potable [7-9] debido a su actividad antimicrobiana [10]. Cuando tanto el aire como el agua están presentes, el ClO2 se distribuye entre las dos fases en una relación de equilibrio determinada por la temperatura y la presión atmosférica [11].
Se sabe que el ClO2 desnaturaliza los residuos de tirosina y triptófano debido a la oxidación [10,12], y también tiene una acción moduladora del sistema inmunológico, ya que inhibe la transcripción de NF-kB [13,14]. En este contexto, es posible asumir que el ClO2 puede reaccionar con la proteína Spike del SAR-CoV-2 (compuesta por 54 residuos de tirosina, 12 de triptófano y 40 de cisteína) e inactivar el virus [15].
Además, al neutralizar las moléculas de oxígeno reactivo y las citoquinas con ClO2 [16,17], es posible controlar la inflamación excesiva asociada con el COVID-19 grave [1].
Aunque los residuos de cisteína, tirosina y triptófano también se pueden encontrar en tejidos humanos, el ClO2 es mucho menos tóxico para los humanos o animales que para las bacterias y virus debido a su selectividad de tamaño [16,18] y debido al contenido de antioxidantes como el glutatión en las células de mamíferos [19].
Si bien el ClO2 se ha categorizado como un compuesto peligroso cuando se utiliza para otras aplicaciones en otras formas y dosis, debido a algunos efectos secundarios reportados no letales [19], es importante considerar que principalmente estos casos son informes clínicos de intoxicación con otras sustancias como el clorito de sodio (NaClO2) o hipoclorito de sodio (Lejía, NaClO), y no ClO2 en forma de CDS. Independientemente, las autoridades sanitarias han emitido información engañosa que carece de evidencia científica sobre la toxicidad de este compuesto químico, afectando así el desarrollo e implementación del ClO2 como posible tratamiento para el COVID-19.
Hasta la fecha, ninguno de los medicamentos aprobados o autorizados de emergencia por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para tratar el COVID-19 ha demostrado una alta efectividad en la reducción de síntomas, hospitalización o muerte.
Por eso es fundamental evaluar nuevos compuestos que puedan reducir el impacto de la pandemia actual, como la Ivermectina [20,21].
La evidencia sobre la seguridad y eficacia del ClO2 apenas comienza a ser aceptada en la comunidad médica, aunque las instituciones reguladoras oficiales aún no lo aceptan.
Aquí, examinamos los datos médicos de 1136 pacientes con COVID-19 que utilizaron soluciones de ClO2 (CDS) como tratamiento alternativo. Evaluamos los efectos secundarios producidos por el consumo de CDS y su potencial efectividad para prevenir enfermedades graves y la muerte.
Materiales y Métodos
Recolección de datos: Información de línea base y clínica Se revisaron los registros clínicos de 1136 pacientes positivos/sospechosos de COVID-19 (tratados por el mismo médico) que solicitaron voluntariamente manejo terapéutico en casa en México; estos registros abarcaron desde el 30 de mayo de 2020 hasta el 15 de enero de 2021.
Los criterios de inclusión para los registros clínicos fueron los siguientes:
Pacientes diagnosticados mediante pruebas moleculares (transcriptasa reversa en tiempo real (RT-PCR) para SARSCoV-2, detección de antígenos, inmunoglobulina M (IgM) específica e inmunoglobulina G (IgG) contra SARS-CoV-2), tomografía computarizada asistida por computadora de los pulmones, radiografías de tórax o una combinación de manifestaciones clínicas como dolor de cabeza, fiebre, tos, dolor de garganta, disnea, malestar y fatiga [1,22];
pacientes informados sobre los beneficios y posibles efectos secundarios del consumo de ClO2 antes de comenzar el tratamiento y que habían firmado el formulario de consentimiento informado.
Las variables recopiladas de los registros médicos fueron: sexo, edad, comorbilidades, medicamentos previos, fecha de inicio, fecha de alta o fecha de fallecimiento, efectos secundarios posteriores al consumo de CDS, mililitros de ClO2 consumidos por día (“ClO2 por día”), saturación parcial de oxígeno (SpO2), suplementación de oxígeno (O2 L/min) y síntomas similares a COVID-19.
Además, se calcularon seis variables para cada paciente a partir de los datos recopilados: duración de los síntomas similares a COVID-19 (“días de síntomas”), duración del tratamiento (“duración del tratamiento”), mililitros de ClO2 consumidos durante el tratamiento (“ClO2 total”), dosis de ClO2 durante el tratamiento (“dosis de ClO2”), costo de ClO2 por día (“costo por día”) y costo total de ClO2 durante todo el tratamiento (“costo total”).Además, la gravedad de la enfermedad de los pacientes (leve, moderada o grave) se determinó según los parámetros establecidos en las Guías de Tratamiento de la Enfermedad del Coronavirus (COVID-19) [23] y los algoritmos provisionales para la atención de COVID-19 del Instituto Mexicano del Seguro Social [24].
Gestión terapéutica: Solución de dióxido de cloro Se analizaron dos grupos de pacientes:
Pacientes con múltiples medicamentos: personas que consumen medicamentos normalmente utilizados para tratar el COVID-19 (Azitromicina, Dexametasona, Ivermectina e Hidroxicloroquina) más una solución de dióxido de cloro, y
Pacientes exclusivamente con ClO2: personas tratadas solo con una solución de dióxido de cloro. Todos los pacientes fueron tratados en casa por sus familiares o enfermeras siguiendo las indicaciones del médico tratante.
Se utilizaron dos tipos de soluciones acuosas orales de ClO2 a 3000 ppm (3 mg/ml) para tratar el COVID-19: Protocolo C (ClO2 en 1000 ml de agua, dividido en diez tomas de 100 ml que se administraban por vía oral cada hora, al día) y Protocolo F (ClO2 en 500 ml de agua, dividido en diez tomas de 50 ml que se administraban por vía oral cada 15 minutos, de 1 a 5 veces al día).
Para uso intravenoso, Protocolo Y (ClO2 en 500 ml de solución salina estéril al 0.9% más 5 ml de gluconato de calcio al 10% y 10 ml de bicarbonato de sodio al 7.5%, administrado a una velocidad media de 70 ml por hora).
Todos los pacientes comenzaron el tratamiento con el Protocolo F y, dependiendo de la gravedad de la enfermedad, se les colocó en los Protocolos C, F o Y hasta que los síntomas se resolvieron.
Después de la desaparición de los síntomas, continuaron con el Protocolo C como mantenimiento hasta que el tratamiento terminó (14-21 días dependiendo de la gravedad de la enfermedad).
El ClO2 utilizado por los pacientes para uso oral se hizo mediante la oxidación de clorito de sodio al 28% (NaClO2) y ácido clorhídrico al 4% (HCl) como activador [19]. Para uso intravenoso, el ClO2 se produjo con el método de electrólisis de membrana [9].
Según las instrucciones dadas a cada paciente, la solución de ClO2 se mantuvo en una botella cerrada, protegida de la luz solar directa y mantenida por debajo de los 11°C [19,25].
Estado físico general de los pacientes: Los síntomas reportados voluntariamente por los pacientes se utilizaron para calcular la incidencia de cada síntoma similar al COVID-19.
Los pacientes que fallecieron durante el curso de la enfermedad se consideraron como casos no exitosos del tratamiento.
La condición clínica de los pacientes se evaluó en un subconjunto de 57 pacientes (principalmente casos graves de COVID-19) para los cuales había datos sobre un conteo sanguíneo completo y una prueba de biomarcadores metabólicos antes y después del tratamiento.
Como valores de referencia, utilizamos los reportados para la población adulta mexicana sana [26,27].
Análisis estadístico
Un análisis inicial de los datos utilizando estadísticas descriptivas permitió obtener una visión general de la información inicial de los pacientes incluidos en este estudio. Antes del análisis adecuado de los datos, se examinó la distribución de cada variable.
Las variables se desviaron de una distribución normal y hubo evidencia de heterocedasticidad; por lo tanto, utilizamos pruebas de Kruskal-Wallis para comparar los valores de ClO2 por día, días de síntomas, duración del tratamiento, ClO2 total administrado, dosis de ClO2, costo por día y costo total entre la gravedad de la enfermedad (leve, moderada y grave).
La duración de los síntomas y la duración del tratamiento entre las comorbilidades también se analizaron utilizando pruebas de Kruskal-Wallis.
La prueba de rango con signo de Wilcoxon se utilizó para comparar los días de síntomas y la duración del tratamiento entre los pacientes con tratamiento multidroga y los pacientes exclusivamente con ClO2, así como para comparar los resultados entre los análisis de sangre (recuentos sanguíneos completos y pruebas de panel de biomarcadores metabólicos) antes y después del tratamiento.
La eficacia del tratamiento se evaluó dividiendo los casos no exitosos entre el número total de pacientes.
Se ajustó un modelo de regresión lineal con transformación logarítmica para analizar la asociación de la duración del tratamiento hasta el final de los síntomas con SpO2 y O2 L/min. Se ajustó una regresión logística para analizar la asociación de la edad, el sexo y las comorbilidades con la gravedad de la enfermedad.
Se consideró un valor p <0.05 como estadísticamente significativo. Los resultados continuos se midieron como la diferencia media y los intervalos de confianza del 95% (IC). Para reducir el sesgo de información en este estudio, el médico tratante no participó en la digitalización ni en el análisis estadístico.
Todos los análisis se realizaron utilizando Rv.3.6.1 [28]. Aprobación ética El Comité de Ética del Centro Médico Jurica eximió la necesidad de aprobación ética y la necesidad de obtener consentimiento para la recopilación, análisis y publicación de datos obtenidos retrospectivamente, debido a que se trata de un estudio no intervencionista en el cual la información se capturó a partir de registros médicos antiguos, manteniendo el anonimato de cada persona y porque todos los pacientes firmaron un consentimiento informado antes del tratamiento.
Disponibilidad de datos Los conjuntos de datos utilizados y analizados durante el presente estudio están disponibles a solicitud razonable del autor correspondiente.
Resultados
Análisis descriptivo de pacientes Se recopilaron datos primarios de 1,136 pacientes (Tabla 1) en 30 estados de México, principalmente en Querétaro (53.07%), Ciudad de México (10.22%) y Jalisco (5.11%).
De todo el conjunto de muestra, 487 (42.87%) pacientes fueron diagnosticados como positivos para COVID-19 mediante prueba molecular o imágenes diagnósticas; los 649 pacientes restantes (57.13%) fueron diagnosticados debido a síntomas similares a los de COVID-19. Al final del tratamiento, 213 (18.75%) pacientes se sometieron a una prueba específica de anticuerpos para SARS-CoV-2, y 154 (72.30%) dieron positivo (93 para IgG y 61 para IgM).
Los pacientes fueron clasificados según la gravedad de la enfermedad en tres grupos: leve, moderada y grave, según los síntomas y SpO2.
El estudio incluyó a 551 (48.50%) hombres, 525 (46.21%) mujeres y 60 (5.28%) para los cuales no había información sobre el sexo. La gravedad se asoció con el sexo (x2=16.89, df=2, P=0.0002); los hombres tenían 1.8 veces más probabilidades que las mujeres de desarrollar un caso grave de COVID-19 (RR=1.8, IC del 95%: 1.33-2.42, P<0.001). La edad promedio fue de 46.72 (rango de 1 a 93) años, y COVID-19 fue más prevalente en los grupos de edad de 40-49 y 50-60 años (19.01%, 21.04%; respectivamente). El riesgo de desarrollar una enfermedad grave fue determinado por la edad (x2=82, dF=7, P<0.0001), aumentando un 4% por cada año de vida (OR=1.04, IC del 95%: 1.03-1.05, P<0.001).
El riesgo de presentar una enfermedad más grave fue mayor después de los 30 años (Figuras S1 y S2). Un total de 25 síntomas diferentes fueron reportados por los pacientes, siendo los síntomas más frecuentes (Tabla S1) dolor de cabeza (49.65%), malestar (44.45%), dolor de garganta (37.41%), fiebre (22.89%), tos seca (17.34%), debilidad (14.70%), dolor torácico (12.32%), disnea (9.5%), anosmia (9.15%) y ageusia (8.71%). La duración promedio de los síntomas fue de 4.84 días (IC del 95%: 4.32-5.36 días) y fue diferente según la gravedad de la enfermedad (leve: 2.52 a 3.33 días, moderada: 7.89 a 12.21 días y grave: 6.73 a 9.95 días; Kruskal-Wallis, x2=234.89, df=2, P<0.001) (Tabla 2).
Sociedad Internacional de Medicina Ortomolecular
ISSN:0834-4825
Autor(es): Michael J Gonzalez1,3‚4; Jorge R Miranda-Massari2‚4; Peter A McCullough5; Paul E Marik6; Pierre Kory7; Ryan Cole8; Geert Vanden Bossche9; Charles Simone10; Manuel Aparicio Alonso11; Ernesto Prieto Gratacos12; Atsuo Yanagisawa13; Richard Cheng14; Eduardo Insignares-Carrione15; Zhiyong Peng¹6; Robert J Rowen¹7; Teresa B Su¹7; Frank Shallenberger18; David Brownstein19; Thomas Levy20; Jorge L Cubrias21; Arturo O’Byrne Navia22; Arturo O’Byrne De Valdenebro23; Alex Vasquez24; Ron Hunninghake25; Andrew Saul26; Hugo Galindo27; Andreas L. Kalcker28; Mayca Gonzalez29; Luis A Bonilla-Soto30; María Carrascal31; José W Rodriguez Zayas32; Efrain Olszewer33; Michaël Friedman34; Miguel J Berdiel35; Norman O Gonzalez36; Jose Olalde37; Ines Alfaro38; Roberto Ortiz39; Angie Perez40; Carlos H. Orozco Araya41; Luis Martinez42; Rosalina Valcarcel43; Sylvia Nuñez Fidalgo44; Fernando Pinto Floril45; Raul Morales Borges46; José R Rodriguez-Gomez47; José A Rodriguez-Robles48; Ramphis Diaz49; Carlos M Ricart50
- Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Médicas, Escuela de Salud Pública, San Juan PR.
- Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Médicas, Facultad de Farmacia, San Juan PR.
- Universidad Central del Caribe, Escuela de Quiropráctica, Bayamón, PR.
- EDP University, Programa de Ciencias Naturopáticas, Hato Rey, PR.
- Truth for Health Foundation, Tucson, AZ.
- Front Line COVID-19 Critical Care Alliance (FLCCC) y Eastern Virginia Medical School, Departamento de Medicina Interna, VA.
- Front Line COVID-19 Alianza de Cuidados Críticos, Madison, WI.
- Cole Diagnostics, Garden City, ID.
- Virólogo independiente y experto en vacunas, Colonia, Bélgica.
- Simone Protective Cancer Center, Lawrenceville, NJ.
- Centro Médico Jurica, Querétaro, México.
- Precision Metabolic Oncology 12, Cambridge Science Park, Cambridge, Inglaterra.
- Colegio Japonés de Terapia Intravenosa, Tokio, Japón; Sociedad Japonesa de Medicina Ortomolecular, Tokio, Japón: Sociedad Internacional de Medicina Ortomolecular, Toronto, Canadá.
- Cheng Integrative Health Center, Doctor’s Weight Loss Center, Columbia, SC.
- Asociación de Liechtenstein para la Ciencia y la Salud, Liechtenstein, Suiza.
- Hospital Zhognnan, Universidad de Wuhan, Wuhan, Hubei, China.
- Consultorio médico privado, Santa Rosa, California.
- Práctica médica privada, Carson City, NV.
- El Centro de Medicina Holística en West Bloomfield, MI.
- Clínica Riordan, Wichita, KS.
- Clínica Cellmedik, Santa Cruz de Tenerife, España.
- Práctica privada, Bogotá, Colombia.
- Práctica privada en Inmunología Clínica, Buenos Aires, Argentina.
- Colegio Internacional de Nutrición Humana y Medicina Funcional, Barcelona, España.
- Clínica Riordan, Wichita, KS.
- Doctor Yourself.com, Rochester, NY.
- Centro Médico Country, Bogotá, Colombia.
- Investigación independiente en biofísica, Berna, Suiza.
- Clínica Centro, Granada, España.
- Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Médicas, Escuela de Salud Pública, Departamento de Salud Ambiental, San Juan, PR.
- Carrascal Clinic, Río Piedras, PR.
- Centro de Investigación Cardiopulmonar, Guaynabo, PR;
- Fundacao de apoio e pesquisa na área de saude-foundation for research in health and medicine Sao Paulo, Brasil.
- Asociación para el Avance de la Medicina Restauradora (AARM), Montpelier, VT.
- Clínica Berdiel, Ponce PR.
- Práctica Naturopática Privada, Programa de Maestría en Naturopatía, EDP Universidad de Puerto Rico. San Juan, PR.
- Centro Medico Regenerativo (CMR), Bayamón and Caguas PR.
- Instituto Alpha, Caguas, PR.
- Universidad Holística, Departamento de Nutrición, Ciudad de México, México.
- Centro Médico ICEMI, San José, Costa Rica, CA.
- Práctica médica privada, San José, Costa Rica, CA.
- Clínica Xanogene, San Juan, PR.
- Práctica médica privada, San Juan, PR.
- Hospital de la Ciudad de San Juan, Departamento de Urgencias, San Juan, PR.
- Práctica médica privada, Quito, Ecuador.
- Integrative Optimal Health of Puerto Rico, MB & R’s Enterprise, Ashford Institute of Hematology & Oncology, San Juan, PR.
- Universidad Carlos Albizu, San Juan, PR.
- Práctica médica privada, San Juan, PR, y Miami, FL.
- Práctica Naturopática Privada, San Juan, PR.
- Universidad de Puerto Rico, Recinto de Cayey, Departamento de Biología, Cayey, PR.
Resumen
Se ha producido una situación mundial sin precedentes debido a la pandemia relacionada con el virus SARS- CoV-2. Además de una nueva enfermedad infecciosa y una respuesta mundial sin precedentes, también se ha iniciado un curso de acción sin precedentes de investigación, producción, ensayo y distribución de vacunas. La sensación de urgencia en torno a la lucha contra la pandemia vírica ha llevado a tomar decisiones de salud pública basadas en información incompleta y no contrastada.
Muchas cuestiones relacionadas con el virus SARS-Cov-2, la enfermedad COVID-19 y el sistema inmunitario deben abordarse, aclararse y situarse en una perspectiva adecuada para que esta pandemia pueda evaluarse de forma más objetiva. Este análisis puede ayudar a gestionar sus numerosos retos de forma más eficiente, además de proporcionar una verdadera oportunidad para reducir las complicaciones, las muertes y los efectos secundarios iatrogénicos de la infección o de la vacunación, o de ambas.
El presente informe de consenso ha emprendido esta necesaria tarea para proporcionar una base común que permita gestionar eficazmente esta situación mundial.
Molecular and Genetic Medicine ISSN: 1747-0862
Eduardo Insignares-Carrione*, Blanca Bolano Gómez y Andreas Ludwig Kalcker
Introducción
COVID-19 es una enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2. Se detectó por primera vez en la ciudad china de Wuhan (provincia de Hubei) en diciembre de 2019. En tres meses se extendió a prácticamente todos los países del mundo, por lo que la Organización Mundial de la Salud la declaró pandemia. (OMS, 11 de marzo de 2020).
No existe un tratamiento específico; las principales medidas terapéuticas son aliviar los síntomas y mantener las funciones vitales. La investigación para encontrar un tratamiento eficaz comenzó desde que se verificó la magnitud pandémica de la enfermedad. El problema central es que, once meses después de su aparición oficial, aún se desconoce un tratamiento eficaz para la enfermedad. A falta de un tratamiento eficaz, estudiamos nuevas posibilidades terapéuticas con la intención de encontrar un tratamiento eficaz y seguro para la COVID-19.
De acuerdo con lo anterior, esta investigación aborda los resultados actuales e investigaciones previas añadiendo la posible acción terapéutica como virucida del dióxido de cloro en solución acuosa y sin la presencia de clorito sódico utilizando los conceptos de medicina traslacional basados en el conocimiento de la estructura del virus y el mecanismo de acción del dióxido de cloro en virus, para proponer un posible tratamiento de elección para el COVID-19. [1,2].
Integrative Journal of Medical Sciences (ISSN: 2658-8218)
Enrique A. MartínezUniversidad Católica del Norte, Coquimbo, Chile
https://doi.org/10.15342/ijms.7.229
https://mbmj.org/index.php/ijms/article/view/229
RESUMEN:
Este artículo está escrito para animar a los equipos médicos de todo el mundo a ponerse en contacto con los pacientes de COVID-19 ya tratados con dióxido de cloro en solución (CDS), un gas soluble en agua. Que se pongan también en contacto con los equipos médicos que acompañan a los casos del estudio para verificar el estado de salud real de los pacientes. Por último, la invitación es a preguntarse si el CDS debería probarse en sus respectivos entornos sanitarios locales, ya que es de bajo coste, parece muy eficaz contra todas las infecciones víricas y casi no tiene efectos secundarios.
Dióxido de cloro como tratamiento alternativo para COVID-19
Revista de enfermedades infecciosas y terapia.
Manuel Aparicio-Alonso, C. Domínguez-Sánchez, Marina Banuet-Martinez
RESUMEN:
Hasta la fecha, no existe ningún agente profiláctico eficaz para prevenir la COVID-19. Sin embargo, el desarrollo de síntomas similares al COVID19 podría prevenirse con una solución acuosa de dióxido de cloro (ClO2). Este estudio retrospectivo evaluó la eficacia de una solución acuosa de ClO2 (CDS) como agente profiláctico en 1.163 familiares que vivían con pacientes positivos/sospechosos de COVID19.
El tratamiento profiláctico consistió en una solución de dióxido de cloro al 0,0003% (CDS) por vía oral durante al menos catorce días. Se consideraron casos exitosos aquellos familiares en cuya historia clínica no se encontró ningún informe sobre el desarrollo de síntomas similares a los de COVID19. La eficacia de la CDS en la prevención de síntomas similares a los de covid19 fue del 90,4% (1.051 de 1.163 familiares no informaron de ningún síntoma).
Las comorbilidades, el sexo y la gravedad de la enfermedad del paciente enfermo no contribuyeron al desarrollo de síntomas similares a los de covid19 (P = 0,092, P = 0,351 y P = 0,574, respectivamente). Sin embargo, los familiares de mayor edad eran más propensos a desarrollar síntomas similares a los de covid19 (ORa = 4,22; P = 0,002). No se observaron alteraciones de los parámetros sanguíneos ni del intervalo QTc en los familiares que consumieron CDS. Los recientes hallazgos en relación con el dióxido de cloro justifican el diseño de ensayos clínicos para evaluar su eficacia en la prevención de la infección por SRAG-CoV-2.
Interacción molecular e inhibición de la unión del SARS-CoV-2 al receptor ACE2
Nature communications chemistry selections (ISSN :2188-5044)
Jinsung Yang, Simon J. L. Petitjean, Melanie Koehler, Qingrong Zhang, Andra C. Dumitru, Wenzhang Chen, Sylvie Derclaye, Stéphane P. Vincent, Patrice Soumillion & David Alsteens
Resumen
El estudio de las interacciones que se establecen entre las glicoproteínas víricas y los receptores de su huésped es de vital importancia para comprender mejor la entrada del virus en las células. La entrada del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 en las células huésped está mediada por su glicoproteína en espiga (glicoproteína S), y se ha identificado la enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2) como receptor celular. Aquí, utilizamos la microscopía de fuerza atómica para investigar los mecanismos por los que la S-glicoproteína se une al receptor ACE2.
Demostramos, tanto en superficies modelo como en células vivas, que el dominio de unión al receptor (RBD) sirve como interfaz de unión dentro de la S-glicoproteína con el receptor ACE2 y extraemos las propiedades cinéticas y termodinámicas de este bolsillo de unión. En conjunto, estos resultados proporcionan una imagen de la interacción establecida en células vivas. Por último, ensayamos varios péptidos inhibidores de la unión dirigidos a las primeras fases de fijación del virus, lo que ofrece nuevas perspectivas en el tratamiento de la infección por SARS-CoV-2.
Revista internacional de investigación y análisis multidisciplinar
1Manuel Aparicio-Alonso,2 Carlos A. Domínguez-Sánchez, 3Marina Banuet-Martínez
(ISSN :2643-9875) https://doi.org/10.47191/ijmra/v4-i8-14
RESUMEN:
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID19) ha generado una amplia preocupación sanitaria y ha sobrecargado las instituciones sanitarias. A medida que el número de pacientes con COVID19 se recupera, también lo hace la frecuencia de informes de síntomas similares a los del COVID19 tras el alta. Se realizó una encuesta telefónica con preguntas estandarizadas en la que se preguntó a los participantes si habían tenido alguna de las 25 posibles secuelas tras ser diagnosticados de COVID19 y tratados con una Solución de Dióxido de Cloro (SDC).
Ciento sesenta y una personas completaron la encuesta. Se descubrió que el aumento de la edad es un factor de riesgo (OR = 1,035; p = 0,028; IC del 95% = 1,004-1,069), y la probabilidad de tener algún síntoma en los pacientes moderados es de 0,077 en comparación con los pacientes leves (p = 0,003). Se predijo que el 64,6% de los pacientes tratados con CDS para la infección por SRAG-CoV-2 experimentaron una media de 3,41 efectos a largo plazo. No hubo variaciones en el número de secuelas notificadas en función del sexo, la edad, la gravedad de la COVID19 o el método terapéutico.
Las cinco manifestaciones más prevalentes de los 25 síntomas distintos a largo plazo observados en este estudio fueron fatiga, caída del cabello, disnea, problemas de concentración y dificultades para dormir. Además, los individuos tratados con múltiples fármacos (COVID19 tratamiento convencional más un CDS) tuvieron 2,7 casos menos de secuelas, y los pacientes tratados exclusivamente con CDS tuvieron 6,14 incidencias menos de efectos a largo plazo. Las personas que reciben un CDS tienen un 19% menos de probabilidades de experimentar efectos sobre la salud a largo plazo que los pacientes que reciben el tratamiento estándar con COVID19. Según las conclusiones de este estudio, los pacientes que reciben un CDS tienen una menor probabilidad de desarrollar secuelas.
Además, la incidencia de efectos a largo plazo es menor en los individuos tratados exclusivamente con un CDS. Los recientes hallazgos relacionados con el Dióxido de Cloro apoyan el desarrollo de estudios clínicos para evaluar su eficacia en la prevención del desarrollo de efectos a largo plazo de la COVID19.
REVISTA INTERNACIONAL DE INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS MULTIDISCIPLINAR
1Manuel Aparicio-Alonso, 2Carlos A. Domínguez-Sánchez, 3Marina Banuet-Martínez
RESUMEN:
Hasta la fecha, no existe ningún agente profiláctico eficaz para prevenir la COVID-19. Sin embargo, el desarrollo de síntomas similares al COVID19 podría prevenirse con una solución acuosa de dióxido de cloro (ClO2). Este estudio retrospectivo evaluó la eficacia de una solución acuosa de ClO2 (CDS) como agente profiláctico en 1.163 familiares que vivían con pacientes positivos/sospechosos de COVID19.
El tratamiento profiláctico consistió en una solución de dióxido de cloro al 0,0003% (CDS) por vía oral durante al menos catorce días. Se consideraron casos exitosos aquellos familiares en cuya historia clínica no se encontró ningún informe sobre el desarrollo de síntomas similares a los de COVID19. La eficacia de la CDS en la prevención de síntomas similares a los de covid19 fue del 90,4% (1.051 de 1.163 familiares no informaron de ningún síntoma). Las comorbilidades, el sexo y la gravedad de la enfermedad del paciente enfermo no contribuyeron al desarrollo de síntomas similares a los de covid19 (P = 0,092, P = 0,351 y P = 0,574, respectivamente).
Sin embargo, los familiares de mayor edad eran más propensos a desarrollar síntomas similares a los de covid19 (ORa = 4,22; P = 0,002). No se observaron alteraciones de los parámetros sanguíneos ni del intervalo QTc en los familiares que consumieron CDS. Los recientes hallazgos en relación con el dióxido de cloro justifican el diseño de ensayos clínicos para evaluar su eficacia en la prevención de la infección por SRAG-CoV-2.
Estudio comparativo del dióxido de cloro hiperpuro con otros dos irrigantes en relación con la viabilidad de las células madre del ligamento periodontal
Orsolya Láng, Krisztina S. Nagy, Julia Láng, Katalin Perczel-Kovách, Anna Herczegh, Zsolt Lohinai, Gábor Varga & László Kőhidai
Springer (ISSN: 2627-8626)
Resumen
Objetivos: Las células madre del ligamento periodontal (PDLSCs) tienen una importancia subrayada ya que su alta capacidad proliferativa y diferenciación multipotente proporcionan un importante potencial terapéutico. La integridad de estas células se ve frecuentemente alterada por los compuestos de irrigación utilizados habitualmente como desinfectantes periodontales o endodónticos (por ejemplo, peróxido de hidrógeno [H2O2] y clorhexidina [CHX]). Nuestros objetivos eran (i) monitorizar el efecto citotóxico de un nuevo compuesto de irrigación dental, el dióxido de cloro (ClO2), en comparación con dos agentes tradicionales (H2O2, CHX) sobre las PDLSC y (ii) comprobar si el factor de envejecimiento de los cultivos de PDLSC determina la capacidad de respuesta celular a los productos químicos probados.
Evaluaciones clínicas controladas de dióxido de cloro, clorito y clorato en el hombre
Perspectivas de Salud Medioambiental (EHP)
J R Lubbers, S Chauan, y J R Bianchine
Resumen
Para evaluar la seguridad relativa de los desinfectantes del agua con cloro administrados crónicamente en el hombre, se llevó a cabo un estudio controlado. La evaluación clínica se llevó a cabo en las tres fases comunes a los estudios de fármacos en investigación. La fase I, una investigación de tolerancia a dosis crecientes, examinó los efectos agudos de dosis únicas progresivamente crecientes de desinfectantes de cloro a voluntarios varones adultos sanos normales.
En la fase II se estudió el impacto en sujetos normales de la ingestión diaria de los desinfectantes a una concentración de 5 mg/l. durante doce semanas consecutivas. Es de esperar que las personas con un bajo nivel de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa sean especialmente susceptibles al estrés oxidativo; por lo tanto, en la Fase III, se administró clorito a una concentración de 5 mg/l. diariamente durante doce semanas consecutivas a un pequeño grupo de sujetos con deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa potencialmente en riesgo.
El impacto fisiológico se evaluó mediante una batería de pruebas cualitativas y cuantitativas. Las tres fases de esta evaluación clínica controlada a doble ciego del dióxido de cloro y sus posibles metabolitos en voluntarios varones se completaron sin incidentes. No hubo secuelas clínicas indeseables evidentes observadas por ninguno de los sujetos participantes ni por el equipo médico observador. En varios casos, se observaron tendencias estadísticamente significativas en determinados parámetros bioquímicos o fisiológicos asociados al tratamiento; sin embargo, no se consideró que ninguna de estas tendencias tuviera consecuencias fisiológicas. No se puede descartar la posibilidad de que, a lo largo de un periodo de tratamiento más prolongado, estas tendencias alcancen efectivamente proporciones de importancia clínica. Sin embargo, por la ausencia de respuestas fisiológicas perjudiciales dentro de los límites del estudio, se demostró la relativa seguridad de la ingestión oral de dióxido de cloro y sus metabolitos, clorito y clorato.
Bioquímica ACS PUB
Norio Ogata
Resumen
Los compuestos oxiclorados, como el ácido hipocloroso (HOCl) y el dióxido de cloro (ClO2), tienen una potente actividad antimicrobiana. Aunque se ha investigado ampliamente el mecanismo bioquímico de la actividad antimicrobiana del HOCl, se sabe poco sobre el del ClO2. Utilizando albúmina sérica bovina y glucosa-6-fosfato deshidrogenasa de Saccharomyces cerevisiae como proteínas modelo, aquí demuestro que la actividad antimicrobiana del ClO2 es atribuible principalmente a su actividad desnaturalizante de proteínas. Mediante análisis de solubilidad, espectroscopia de dicroísmo circular, calorimetría diferencial de barrido y medición de la actividad enzimática, demuestro que la proteína es rápidamente desnaturalizada por el ClO2 con una disminución concomitante de la concentración de ClO2 en la mezcla de reacción. Los espectros de dicroísmo circular de las proteínas tratadas con ClO2 muestran un cambio en la elipticidad a 220 nm, lo que indica una disminución del contenido α-helicoidal. La calorimetría diferencial de barrido muestra que la temperatura de transición y la entalpía de transición endotérmica del desdoblamiento inducido por calor disminuyen en la proteína tratada con ClO2. La actividad enzimática de la glucosa-6-fosfato deshidrogenasa disminuye hasta un 10% a los 15 s del tratamiento con 10 μM de ClO2. Los análisis elementales muestran que en la proteína tratada con ClO2 se incorporan átomos de oxígeno, pero no de cloro, lo que proporciona pruebas directas de que la proteína es oxidada por el ClO2. Además, la espectrometría de masas y la espectroscopia de resonancia magnética nuclear muestran que los residuos de triptófano se convierten en N-formilquinurenina y los de tirosina en 3,4-dihidroxifenilalanina (DOPA) o 2,4,5-trihidroxifenilalanina (TOPA) en las proteínas tratadas con ClO2. Tomando estos resultados en conjunto, concluyo que los microbios son inactivados por ClO2 debido a la desnaturalización de proteínas constituyentes críticas para su integridad y/o función, y que esta desnaturalización es causada principalmente por la modificación oxidativa covalente de sus residuos de triptófano y tirosina.
Efectos del dióxido de cloro en la higiene bucal: revisión sistemática y metaanálisis
Autor(es): Beáta Kerémi, Katalin Márta, Kornélia Farkas, László M. Czumbel, Barbara Tóth, Zsolt Szakács, Dezső Csupor, József Czimmer, Zoltán Rumbus, Péter Révész, Adrienn Németh, Gábor Gerber, Péter Hegyi y Gábor Varga*
DOI: 10.2174/1381612826666200515134450
Resumen
Antecedentes: Los enjuagues bucales eficaces y selectivos son necesarios en la práctica médica y odontológica diaria. En la actualidad, los enjuagues bucales utilizados tienen importantes efectos secundarios.
Objetivos: Nuestro objetivo fue evaluar la eficacia de los enjuagues bucales que contienen dióxido de cloro en comparación con otros enjuagues bucales previamente establecidos en adultos sanos utilizando índices de higiene bucal.
Métodos: Este trabajo se registró en PROSPERO (CRD42018099059) y se llevó a cabo utilizando múltiples bases de datos y se informó de acuerdo con la declaración PRISMA. Los términos de búsqueda utilizados fueron «chlorine dioxide» AND «oral», y sólo se incluyeron ensayos controlados aleatorios (ECA). El resultado primario fue la alteración del índice de placa (IP), mientras que los resultados secundarios fueron el índice gingival (IG) y los recuentos bacterianos. Para la evaluación del riesgo de sesgo, se utilizó la Herramienta Cochrane de Riesgo de Sesgo (Cochrane Risk of Bias Tool). El análisis estadístico de la heterogeneidad de los datos se realizó mediante el valor Q y las pruebas I2.
Resultados: Se encontraron 364 artículos en las bases de datos. Tras el proceso de selección, sólo cinco ECA fueron elegibles para el metanálisis. La heterogeneidad de los datos fue baja. No hubo diferencias estadísticas en la efectividad entre el dióxido de cloro y otros enjuagues bucales eficaces en el IP (0,720±0,119 frente a 0,745±0,131; 95%; intervalos de confianza (IC): 0,487-0,952 frente a 0,489-1,001, respectivamente) y el GI (0,712±0,130 frente a 0,745±0,131; IC 95%: 0,457-0,967 frente a 0,489- 1,001, respectivamente) y tampoco en los recuentos bacterianos.
Conclusiones: El dióxido de cloro reduce tanto los índices de placa y gingivales como los recuentos bacterianos en la cavidad oral de forma similar a otros enjuagues bucales de uso rutinario, sin embargo, las pruebas que apoyan este resultado son muy limitadas. Por lo tanto, se necesitan más ECA a gran escala para disminuir el riesgo de sesgo.
Cinética y mecanismos de la oxidación de la cisteína y el glutatión por dióxido de cloro y clorito
Inorg. Chem. ACS PUB
Ana Ison, Ihab N. Odeh, y Dale W. Margerum
Resumen
Se investiga la oxidación por dióxido de cloro de la cisteína (CSH) en condiciones de pseudo-primer orden (con exceso de CSH) en soluciones acuosas tamponadas, p[H+] 2,7-9,5 a 25,0 °C. Las velocidades de desintegración del dióxido de cloro son de primer orden tanto en las concentraciones de ClO2 como de CSH y aumentan rápidamente a medida que aumenta el pH. El mecanismo propuesto es una transferencia de electrones de CS- a ClO2 (1,03 × 108 M-1 s-1) con una rápida reacción posterior del radical CS- y un segundo ClO2 para formar un aducto cisteinil-ClO2 (CSOClO). Este aducto altamente reactivo decae por dos vías.
En soluciones ácidas, se hidroliza para dar CSO2H (ácido sulfínico) y HOCl, que a su vez reaccionan rápidamente para formar CSO3H (ácido cisteico) y Cl-. Al aumentar el pH, el aducto (CSOClO) reacciona con CS- por una segunda vía para formar cistina (CSSC) e ion clorito (ClO2-). La estequiometría de la reacción cambia de 6 ClO2:5 CSH a pH bajo a 2 ClO2:10 CSH a pH alto. La oxidación por ClO2 del anión glutatión (GS-) también es rápida con una constante de velocidad de segundo orden de 1,40 × 108 M-1 s-1.
La reacción del ClO2 con el CSSC es 7 órdenes de magnitud más lenta que la reacción correspondiente con el anión cisteinilo (CS-) a pH 6,7. El ion clorito reacciona con CSH; sin embargo, a p[H+] 6.7, la velocidad observada de esta reacción es más lenta que la reacción ClO2/CSH en 6 órdenes de magnitud. El ión clorito oxida el CSH mientras se reduce a HOCl, que a su vez reacciona rápidamente con el CSH para formar Cl-. Los productos de la reacción son CSSC y CSO3H con una distribución dependiente del pH similar a la del sistema ClO2/CSH.
M E Alvarez, R T O’Brien
Revista de Virología Médica
Resumen
El dióxido de cloro y el yodo inactivaron poliovirus con mayor eficacia a pH 10,0 que a pH 6,0. Los análisis de sedimentación de virus inactivados por dióxido de cloro y yodo a pH 10,9 mostraron que el ARN viral se separaba de las cápsides, lo que provocaba la conversión de viriones de estructuras 156S a partículas 80S. Los ARN liberados tanto de los virus inactivados por dióxido de cloro como por yodo se cosedimentaron con ARN viral 35S intacto. Tanto el dióxido de cloro como el yodo reaccionaron con las proteínas de la cápside del poliovirus y cambiaron el pI de pH 7,0 a pH 5,8. Sin embargo, se observó que los mecanismos de inactivación del poliovirus por el dióxido de cloro y el yodo diferían.
El yodo inactivó los virus disminuyendo su capacidad de adsorción a las células HeLa, mientras que los virus inactivados por dióxido de cloro mostraron una menor incorporación de [14C] uridina en el nuevo ARN viral. Concluimos, por tanto, que el dióxido de cloro inactivaba el poliovirus al reaccionar con el ARN viral y mermar la capacidad del genoma viral de actuar como molde para la síntesis de ARN.
Cinética y mecanismo de la desinfección bacteriana por dióxido de cloro
Sociedad Americana de Microbiología
Melvin A. Benarde, W. Brewster Snow, Vincent P. Olivieri, Burton Davidson
Resumen
Se presentan datos de supervivencia de una cepa fecal de Escherichia coli expuesta a tres concentraciones de dióxido de cloro a cuatro temperaturas. La ecuación de reacción de primer orden de Chick se generaliza a un pseudo modelo de enésimo orden. El ajuste no lineal por mínimos cuadrados de los datos de supervivencia al modelo de enésimo orden se realizó en un ordenador analógico. Se observó que los datos seguían una cinética de orden fraccionario con respecto a la concentración de supervivencia, con una energía de activación aparente de 12.000 cal/mol. Los experimentos iniciales apoyan la tesis de que el mecanismo de muerte por dióxido de cloro se produce a través de la interrupción de la síntesis de proteínas.
Estudio sobre la resistencia del coronavirus asociado al síndrome respiratorio agudo grave
Elsevier
Xin-Wei Wang a, Jin-Song Li b, Min Jin a, Bei Zhen b, Qing-Xin Kong a, Nong Song a, Wen-Jun Xiao b, Jing Yin a, Wei Wei b, Gui-Jie Wang b, Bing-yin Si b, Bao-Zhong Guo b, Chao Liu c, Guo-Rong Ou a, Min-Nian Wang b, Tong-Yu Fang d, Fu-Huan Chao a, Jun-Wen Li
Resumen
En este estudio se observó la persistencia del coronavirus asociado al síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV) en heces, orina y agua. Además, también se estudió la inactivación del SARS-CoV en aguas residuales con hipoclorito sódico y dióxido de cloro. Los experimentos in vitro demostraron que el virus sólo podía persistir 2 días en aguas residuales hospitalarias, aguas residuales domésticas y agua del grifo declorada, mientras que 3 días en heces, 14 días en PBS y 17 días en orina a 20 °C. Sin embargo, a 4 °C, el SARS-CoV podía persistir 14 días en aguas residuales y al menos 17 días en heces u orina.
El SARS-CoV es más susceptible a los desinfectantes que Escherichia coli y el fago f2. Se observó que el cloro libre inactiva el SARS-CoV mejor que el dióxido de cloro. Un residuo de cloro libre superior a 0,5 mg/L en el caso del cloro o a 2,19 mg/L en el caso del dióxido de cloro en las aguas residuales garantiza la inactivación completa del SARS-CoV, mientras que no inactiva por completo E. coli y el fago f2.
Efecto protector del dióxido de cloro a baja concentración
Revista de Virología General
Norio Ogata1, Takashi Shibata1
RESUMEN
La infección por el virus de la gripe es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad humanas. Entre los seres humanos, este virus se propaga sobre todo a través de los aerosoles excretados por el sistema respiratorio. Los medios actuales de prevención de la infección por el virus de la gripe no son del todo satisfactorios debido a su limitada eficacia. Se necesitan medidas preventivas seguras y eficaces contra la gripe pandémica. Demostramos que la infección de ratones inducida por aerosoles del virus de la gripe A se previno con gas de dióxido de cloro (ClO2) a una concentración extremadamente baja (por debajo del nivel de exposición permisible a largo plazo para los seres humanos, a saber, 0,1 p.p.m.).
Se expuso a ratones en jaulas semicerradas a aerosoles de virus de la gripe A (1 LD50) y gas ClO2 (0,03 p.p.m.) simultáneamente durante 15 min. Tres días después de la exposición, el título pulmonar del virus (TCID50) fue de 102,6±1,5 en cinco ratones tratados con ClO2, mientras que fue de 106,7±0,2 en cinco ratones que no habían sido tratados (P=0,003). La mortalidad acumulada después de 16 días fue de 0/10 ratones tratados con ClO2 y 7/10 ratones que no habían sido tratados (P=0,002).
En experimentos in vitro, el ClO2 desnaturalizó las proteínas de la envoltura viral (hemaglutinina y neuraminidasa) que son indispensables para la infectividad del virus, y abolió la infectividad. En conjunto, concluimos que el gas ClO2 es eficaz para prevenir la infección por el virus de la gripe inducida por aerosol en ratones mediante la desnaturalización de las proteínas de la envoltura viral a una concentración muy inferior al nivel de exposición permisible para los seres humanos. Por tanto, el gas ClO2 podría ser útil como medio preventivo contra la gripe en lugares de actividad humana sin necesidad de evacuación.
Tendencias en biociencia
Jing Cao, Yirong Shi, Min Wen, Yuanyuan Peng, Qiqi Miao, Xiaoning Liu, Mingbin Zheng, Tetsuya Asakawa, Hongzhou Lu
https://doi.org/10.5582/bst.2022.01495
Resumen
El dióxido de cloro (ClO2) es un desinfectante de alto nivel, seguro y ampliamente utilizado para la esterilización. Debido a las limitaciones en la preparación de una solución estable, el uso directo de ClO2 en el cuerpo humano es limitado. La irrigación nasal es una terapia alternativa utilizada para tratar enfermedades infecciosas respiratorias. Este estudio resume brevemente la evidencia disponible con respecto a la seguridad/eficacia del uso directo de ClO2 en el cuerpo humano, así como el enfoque de la irrigación nasal para tratar la COVID-19.
Sobre la base de la información disponible, así como de un experimento preliminar que evaluó exhaustivamente la eficacia y la seguridad del ClO2, se consideró que 25-50 ppm era una concentración adecuada de ClO2 para la irrigación nasal con el fin de tratar el COVID-19. Este hallazgo requiere una verificación adicional. Este hallazgo requiere una verificación adicional. La irrigación nasal con ClO2 puede considerarse una posible terapia alternativa para tratar las enfermedades infecciosas respiratorias, y la COVID-19 en particular.
Literaturepublishers
Aparicio-Alonso M
Resumen
La regeneración óptima de las lesiones cutáneas debe garantizar la protección frente a infecciones oportunistas que puedan dificultar el proceso de cicatrización o aumentar el riesgo de infección. El uso de antibióticos para evitar la infección puede, en algunos casos, interferir con la regeneración tisular, y a menudo fracasa debido a cepas bacterianas resistentes. Así pues, es necesario ampliar el arsenal de opciones terapéuticas seguras y eficaces disponibles. Aquí documentamos la prevención de infecciones y la reparación tisular en lesiones cutáneas mediante tratamientos basados en una solución de dióxido de cloro.
Documentamos cuatro informes de casos, que incluyen una quemadura abdominal por un agente químico, una quemadura palpebral por calor extremo, una ulceración de una extremidad debida a insuficiencia vascular y un melanoma del cuero cabelludo. Todas las lesiones se trataron tópicamente con una solución de dióxido de cloro, y sistémicamente cuando fue necesario, según protocolos propuestos previamente. Los cuatro pacientes mostraron una regeneración dérmica completa, con resultados estéticos, sin efectos secundarios ni indicios de efectos adversos o interacciones con los tratamientos concomitantes utilizados. Los resultados constituyen una prueba de que una solución tópica o sistémica de dióxido de cloro es segura como tratamiento antiséptico en la resolución adecuada y rápida de las lesiones cutáneas.
Elservier
Laurent Schwartz a, Manuel Aparicio-Alonso b, Marc Henry c, Miroslav Radman d, Romain Attal e, Ashraf Bakkar f
https://doi.org/10.1016/j.freeradbiomed.2023.05.034
Resumen
Anteriormente demostramos que la mayoría de las enfermedades presentan una forma de anabolismo debido a una alteración mitocondrial: en el cáncer, se forma una célula hija; en la enfermedad de Alzheimer, placas amiloides; en la inflamación, citoquinas y linfoquinas.
La infección por Covid-19 sigue un patrón similar. Los efectos a largo plazo incluyen el cambio redox y el anabolismo celular como resultado del efecto Warburg y la disfunción mitocondrial. Este anabolismo incesante conduce a la tormenta de citoquinas, la fatiga crónica, la inflamación crónica o las enfermedades neurodegenerativas. Se ha demostrado que fármacos como el ácido lipoico y el azul de metileno potencian la actividad mitocondrial, alivian el efecto Warburg y aumentan el catabolismo. Del mismo modo, la combinación de azul de metileno, dióxido de cloro y ácido lipoico puede ayudar a reducir los efectos Covid-19 a largo plazo al estimular el catabolismo.
Resumen gráfico
Elservier
N. Hatanaka , B. Xu , M. Yasugi , H. Morino , H. Tagishi , T. Miura , T. Shibata , S. Yamasaki
Resumen
Antecedentes
Un nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) surgió abruptamente en Wuhan (China) en 2019 y se propagó rápidamente por todo el mundo hasta causar la pandemia COVID-19.
Objetivo
Examinar la actividad anti-SARS-CoV-2 del potente desinfectante Cleverin, cuyo principal componente desinfectante es el dióxido de cloro (ClO2); y comparar los resultados con los del hipoclorito de sodio en presencia o ausencia de 0,5% o 1,0% de suero bovino fetal (FBS).
Métodos
Se trataron virus SARS-CoV-2 concentrados con diversas concentraciones de ClO2 e hipoclorito sódico y se calculó la dosis infectiva del 50% en cultivo tisular para evaluar la actividad antivírica de cada producto químico.
Resultados
Cuando los virus SARS-CoV-2 se trataron con 0,8 ppm de ClO2 o hipoclorito sódico, el título viral sólo disminuyó en 1 log10 TCID50/mL en 3 min. Sin embargo, el título viral disminuyó en más de 4 log10 TCID50/mL cuando se trató con 80 ppm de cada producto químico durante 10 s, independientemente de la presencia o ausencia de FBS. Cabe destacar que el tratamiento con 24 ppm de ClO2 inactivó más del 99,99% del SARS-CoV-2 en 10 s o el 99,99% del SARS-CoV-2 en 1 min en presencia de 0,5% o 1,0% de FBS, respectivamente. Por el contrario, 24 ppm de hipoclorito sódico inactivaron sólo el 99% o el 90% del SARS-CoV-2 en 3 min en condiciones similares.
En particular, a excepción del ClO2, los demás componentes de Cleverin, como el clorito sódico, el monolaurato de decaglicerol y la silicona, no mostraron ninguna actividad antivírica significativa.
Conclusión
En conjunto, los resultados sugieren claramente que, aunque el ClO2 y el hipoclorito sódico son agentes antivirales potentes en ausencia de materia orgánica, en presencia de materia orgánica, el ClO2 es un agente antiviral más potente contra el SARS-CoV-2 que el hipoclorito sódico.
Tratamiento con dióxido de cloro Un total de 1067 (93.96%) pacientes fueron dados de alta después de 15.87 días (IC 95%: 15.35-16.39 días) de tratamiento, 59 (5.19%) abandonaron el tratamiento después de 11.43 días (IC 95%: 7.98-14.88 días), y 10 (0.93%) fueron hospitalizados después de 8.6 días (IC 95%: 2.08-15.11 días) de tratamiento, donde fallecieron.
La efectividad calculada del tratamiento con ClO2 fue del 99.07% (1,057 de 1,067 pacientes sobreviven).
Del total de pacientes, 77 (6.78%) reportaron efectos secundarios leves y esporádicos posteriores a la ingesta de ClO2: dolor de cabeza (2.20%), diarrea (1.58%), gastritis (1.32%), mareos (1.14%), náuseas (1.05%), vómitos (0.44%), erupción cutánea (0.44%), dolor de garganta (0.26%), mialgia (0.18%), colitis (0.18%), taquicardia (0.09%) y escalofríos (0.09%).
Se trataron exclusivamente con CDS 666 pacientes (58.63%), y 470 pacientes (41.37%) se trataron contra COVID-19 con cinco o más medicamentos además del CDS (Tabla S2).
La duración de los síntomas en aquellos pacientes tratados únicamente con CDS fue menor en comparación con aquellos tratados con varios medicamentos (IC 95%: 2.77-3.75 días vs. 7.33-8.97 días, respectivamente; Prueba de suma de rangos de Wilcoxon, P<0.001).
Dependiendo de la gravedad de la enfermedad y la evolución de los pacientes, se utilizaron diferentes protocolos durante el tratamiento. Novecientos sesenta y uno (84.59%) pacientes utilizaron el Protocolo C, 474 (41.72%) utilizaron el Protocolo F y 42 (3.70%) utilizaron el Protocolo Y.
El Protocolo C se utilizó ampliamente en pacientes leves y moderados, el Protocolo F en pacientes graves y el Protocolo Y se utilizó principalmente como tratamiento complementario en casos graves (Figura 1).
La dosis diaria promedio utilizada para tratar pacientes con COVID-19 fue de 1.41 mg/kg (IC 95%: 0.97-1.85 mg/kg), correspondiente a 32.95 ml por día (IC 95%: 22.72-43.18 ml/día) durante 15.87 días (IC 95%: 15.35-16.39 días).
Sin embargo, para cada protocolo (C, F y Y), la dosis y los días de consumo variaron según la gravedad de la enfermedad (Tabla 3).
En general, los pacientes fueron tratados con las siguientes dosis y duración: Protocolo C (promedio: 20.16 ml por día [IC 95%: 18.94-21.37 ml/día] durante 8.99 días [IC 95%: 8.46-9.52 días]), Protocolo F (promedio: 39.13 ml por día [IC 95%: 35.34-42.92 ml/día], 2.75 veces por día [IC 95%: 2.53-2.97 tomas/día] durante 5.36 días [IC 95%: 4.74-5.98 días]); y Protocolo Y (promedio: 89.92 ml por día [IC 95%: 46.65-133.19 ml/día] durante 1.77 días [IC 95%: 1.39-2.14 días] en 2.12 infusiones por día [IC 95%: 1.64-2.60 infusiones/día]).
Nueve pacientes realizaron gárgaras con una solución acuosa al 0.015% hecha con 5 ml de ClO2 en 100 ml de agua en caso de dolor de garganta o congestión nasal.
Hubo diferencias en la duración del tratamiento (Kruskal-Wallis, x^2=30.42, df=2, P<0.001), la dosis de ClO2 (Kruskal-Wallis, x^2=116.62, df=2, P<0.001) y el ClO2 por día (Kruskal-Wallis, x^2=72.20, df=2, P<0.001) entre pacientes con COVID-19 leve, moderado o grave (Tabla 3).
El promedio de ClO2 consumido por los pacientes durante todo el tratamiento fue de 557.94 ml (IC 95%: 390.19-725.66), y fue diferente en cada gravedad (leve: 309.83-337.38 ml, moderado: 518.77-619.19 ml y grave: 733.67-828.79 ml; Kruskal-Wallis, x^2=52.05, df=2, P<0.001). La duración media estimada de los síntomas es de 2.82 (IC 95%: 1.16, 4.47, p<0.001) días menos por cada mg/kg de ClO2, ajustando por gravedad.
Bienestar físico general Los pacientes comenzaron el tratamiento con un promedio de SpO2 del 86.05% (IC 95%: 85.12-87.17%), incrementando el oxígeno en sangre cada día de tratamiento. En total, 126 pacientes (101/251 [40.24%] con síntomas graves, 21/109 [19.27%] con síntomas moderados y 4/776 [0.51%] con síntomas leves) utilizaron oxígeno suplementario (promedio: 5.77 litros por minuto [IC 95%: 5.18-6.36 L/min] durante 4.32 días [IC 95%: 3.37-5.27 días]).
Entre los días 7-8 después del inicio del tratamiento, el 90% de los pacientes reportaron un aumento en la SpO2 por encima del 90% y una semana después por encima del 95%, a una tasa de SpO2=3.58ln(duración del tratamiento) (Figura 2a).
Los días para alcanzar el 90% de SpO2 no diferieron entre los pacientes que recibieron oxígeno suplementario y aquellos que no lo recibieron (IC 95%: 7.53-9.47 días, P=1.00); sin embargo, tomó casi cinco días menos para que los pacientes con oxígeno suplementario tuvieran una SpO2 del 95% en comparación con aquellos que no lo utilizaron (IC 95%: 12.53-14.47 días vs. 18.52-20.48 días, P=0.004).
La suplementación de oxígeno disminuyó a una tasa de -2.45ln(duración del tratamiento) (Figura 2b). Además, la duración y la cantidad de oxígeno administrado difirieron según la gravedad (Kruskal-Wallis, x^2=9.6382, df=2, P=0.008; x^2=16.89, df=2, P=0.002; respectivamente).
Todos los parámetros del hemograma estaban dentro de rangos normales antes y después del tratamiento con ClO2. Todos los pacientes, para los cuales estaban disponibles los metabolitos sanguíneos, comenzaron el tratamiento con niveles elevados de ferritina, proteína C-reactiva, deshidrogenasa láctica, alanina aminotransferasa, gamma-glutamil transferasa, glucosa, colesterol total y triglicéridos.
Después del consumo de ClO2, la mayoría de estos parámetros disminuyeron a valores fisiológicos normales. Las excepciones fueron la concentración sérica de ferritina, proteína C-reactiva y deshidrogenasa láctica, que disminuyeron pero no alcanzaron niveles normales durante la duración del estudio (Tabla 4).
Los días para alcanzar el 90% de SpO2 no difirieron entre los pacientes que recibieron oxígeno suplementario y aquellos que no lo recibieron (IC del 95%: 7.53-9.47 días, P=1.00); sin embargo, a los pacientes con oxígeno suplementario les tomó casi cinco días menos alcanzar un SpO2 del 95% en comparación con aquellos que no lo utilizaron (IC del 95%: 12.53-14.47 días vs. 18.52-20.48 días, P=0.004).
La suplementación de oxígeno disminuyó a una tasa de -2.45*ln (duración del tratamiento) (Figura 2b). Además, la duración y la cantidad de oxígeno administrado difirieron según la gravedad (Kruskal-Wallis, x^2=9.6382, df=2, P=0.008; x^2=16.89, df=2, P=0.002; respectivamente).
Todos los parámetros del hemograma completo estaban dentro de rangos normales antes y después del tratamiento con ClO2. Todos los pacientes, para los cuales se disponía de metabolitos sanguíneos, comenzaron el tratamiento con niveles elevados de ferritina, proteína C-reactiva, lactato deshidrogenasa, alanina aminotransferasa, gamma-glutamil transferasa, glucosa, colesterol total y triglicéridos.
Después del consumo de ClO2, la mayoría de estos parámetros disminuyeron a valores fisiológicos normales. Las excepciones fueron la concentración sérica de ferritina, proteína C-reactiva y lactato deshidrogenasa, que disminuyeron pero no alcanzaron niveles normales durante la duración del estudio (Tabla 4).
Discusión Este estudio retrospectivo recopiló información de 1136 personas que utilizaron un CDS como tratamiento contra el COVID-19.
Encontramos que el ClO2 es un tratamiento seguro y eficaz para los pacientes de COVID-19, que independientemente de la gravedad, redujo los síntomas en el 99.03% de los casos.
Las comorbilidades, la edad y el sexo estuvieron asociados con la gravedad del COVID-19 presentado por los pacientes (Apéndice 1). Debido a que el efecto del ClO2 depende no solo de su concentración sino también del tiempo de contacto [19], los pacientes fueron tratados con un CDS utilizando diferentes protocolos (variando en la dosis y los intervalos de consumo) según la gravedad de la enfermedad, con una dosis promedio de 1.41 mg/kg por día (rango de 0.67 a 5.40 mg/kg/día). Además, nueve pacientes informaron hacer gárgaras con un CDS al 0.015%.
Se ha propuesto que la boca y la orofaringe pueden ser desinfectadas mediante enjuagues regulares con una solución microbiana como povidona-yodo [29] o un CDS [17,19,30] para reducir significativamente la carga viral en la boca y el tracto respiratorio superior.
Las dosis de tratamiento utilizadas en este estudio retrospectivo estaban dentro de los límites de seguridad informados para uso humano [7,31,32]. Además, las dosis utilizadas estaban por debajo del “Nivel de Efecto Adverso Observado Más Bajo” (LOAEL); siendo ocho veces más bajas que las dosis en las que ocurren efectos adversos y al menos 30 veces más bajas que la dosis letal 50 (LD50=94 mg/kg; Organización Mundial de la Salud, 2002).
La ingesta oral de ClO2 en concentraciones de 5 mg/L durante 12 semanas no ha demostrado tener efectos perjudiciales en los seres humanos [7,31]. Recientemente se ha demostrado que a una dosis de 0.6 mg/kg, el ClO2 tiene potencial profiláctico contra el COVID-19 sin causar efectos negativos moderados o graves en la mayoría de los pacientes; en aquellos que informaron efectos secundarios (1.12%), los síntomas fueron leves y esporádicos [33,34].
Además, se ha demostrado que el ClO2 es un antimicrobiano selectivo por tamaño, y en concentraciones adecuadas, puede ser utilizado en animales y humanos debido a su incapacidad para penetrar en los tejidos [16,18,19].
En comparación con otros medicamentos, los pacientes de COVID-19 que consumieron ClO2 tuvieron un tiempo de recuperación más corto que el reportado para otros tratamientos. Es importante tener en cuenta que la duración de los síntomas en los pacientes tratados exclusivamente con ClO2 fue menos de la mitad en comparación con los pacientes tratados con múltiples fármacos (3.26 días frente a 8.15 días, respectivamente).
El uso simultáneo de varios medicamentos se ha relacionado con un aumento de la mortalidad entre los pacientes masculinos de COVID-19 y aumentó la tasa de lesión renal aguda y reacciones adversas a los medicamentos [35].
Se recomienda el diseño de ensayos clínicos en los que se realice un seguimiento detallado para evaluar el efecto del Dióxido de Cloro en el tiempo de recuperación y sus interacciones con otros medicamentos.
En este estudio, el 6,78% informó efectos secundarios transitorios leves posteriores a la ingesta de CDS, incluyendo dolor de cabeza, diarrea, gastritis y mareos; efectos secundarios similares a los informados en un estudio anterior [34]. En esos 77 pacientes, la dosis se redujo a la mitad inmediatamente después del inicio de los síntomas. Posteriormente, se realizó un aumento gradual hasta alcanzar la dosis de tratamiento.
Después de este ajuste, ningún paciente informó reacciones adversas nuevamente. Los pacientes tratados con CDS intravenoso no informaron efectos secundarios. Nuestros resultados muestran que el ClO2 en la dosis utilizada es seguro y no tiene efectos secundarios graves, incluso si se usa en dosis más altas. Las pruebas de sangre también corroboran la ausencia de efectos adversos, ya que la mayoría de los parámetros medidos se encontraron dentro de rangos normales después del tratamiento.
La ferritina, la proteína C reactiva y la deshidrogenasa láctica estaban por encima de los límites estándar. Sin embargo, estos analitos eran más bajos en comparación con el inicio de la enfermedad. Además, las enzimas hepáticas, la glucosa, el colesterol total y los triglicéridos eran más bajos al final del tratamiento.
El porcentaje de pacientes tratados con CDS que fueron dados de alta (99,03%) fue mayor que el informado en otros estudios (que osciló entre el 85% y el 92,3%; Beigel 2020; Heras 2021; Rajter 2021). En ese sentido, nuestro estudio retrospectivo justifica la realización de estudios prospectivos de cohorte o ensayos controlados y aleatorizados a ciegas para comparar adecuadamente el efecto del ClO2 con el de otros medicamentos.
Debido a la evidencia limitada publicada sobre el ClO2 como tratamiento alternativo en humanos, la realización de dichos estudios en un entorno controlado es urgente, relevante y necesario, especialmente dado que en nuestro estudio la duración promedio de los síntomas en los pacientes tratados con ClO2 fue de 4,84 días; casi 9 días menos que el promedio nacional [36-38], y más de 20 días menos que el tiempo promedio de recuperación de los pacientes en India, un país con condiciones socioeconómicas y una estructura demográfica similar a México [39]. Además, el 92,01% de los pacientes en nuestro estudio se curaron antes del día 10 de tratamiento, mientras que en el estudio mencionado anteriormente solo el 4% se curó en el mismo tiempo.
El tiempo de recuperación también fue más corto que el de los pacientes en Bélgica, Hong Kong y el Reino Unido, donde permanecieron hospitalizados durante 5,9 días, 4,41 días y 5,14 días, respectivamente [40,41]; En Canadá y Brasil, el tiempo de recuperación se acerca a los 14 días, mientras que en Japón el período promedio es inferior a los 14 días [38]. Un gran meta análisis (que incluyó 25 países) reveló que el tiempo de recuperación en pacientes con COVID-19 varió de 5 a 29 días [6], lo que implica que el uso de ClO2 podría reducir considerablemente la duración de los síntomas en pacientes con COIVD-19, incluso en aquellos con síntomas graves.
Los pacientes comenzaron el tratamiento con un promedio de SpO2 del 86,05%, una condición conocida como hipoxia severa [23]; 129 pacientes recibieron un promedio de 5,77 litros por minuto de oxígeno durante 4,32 días. Después de una semana de consumo de ClO2, el 90% de los pacientes tenían hipoxia moderada (SpO2 entre el 90% y el 94%), y dos semanas después, los pacientes ya no tenían hipoxia.
Curiosamente, el umbral del 90% de SpO2 se alcanzó tanto en pacientes con suplementación de oxígeno como en aquellos sin ella en los primeros siete días de tratamiento. Sin embargo, los pacientes graves sin suplementación de oxígeno tardaron casi cinco días más en alcanzar un SpO2 por encima del 95% que aquellos que no lo usaron.
Desde la primera ingesta del CDS, hubo un aumento en los niveles de oxígeno en la sangre de los pacientes, lo que mejora la respuesta fisiológica y reduce la ansiedad del paciente por la hipoxia [42]; sin embargo, la suplementación de oxígeno fue esencial, principalmente en pacientes con enfermedad grave, ya que ayudó a acelerar la recuperación de las personas enfermas. Se deben realizar estudios adicionales para comprender el mecanismo por el cual el ClO2 mejora la concentración de oxígeno en la sangre.
Un gran beneficio del tratamiento con ClO2 es que los pacientes pueden ser tratados en casa sin necesidad de ser hospitalizados. Esto evita la aparición de infecciones bacterianas o fúngicas comunes en la UCI (promedio del 40,7%), que se han asociado significativamente con la muerte (OR 2,7, IC del 95%: 1,2-5,9, P=0,015) [43-58]. El tratamiento en casa aumenta las probabilidades de supervivencia de los pacientes y, adicionalmente, evita el colapso de los sistemas de salud, especialmente en países de ingresos bajos y medianos [6], como México. El tratamiento de COVID-19 genera gastos significativos en hospitales públicos y es muy costoso en hospitales privados, por lo que una gran proporción de la población no puede acceder a atención privada.
Limitaciones: Si bien emocionante, somos conscientes de que nuestro estudio tiene algunas limitaciones. La primera es que es un estudio observacional retrospectivo, lo que significa que no se puede establecer evidencia concluyente sobre la efectividad del ClO2 porque solo pudimos utilizar información de los registros médicos de los pacientes y no tuvimos control sobre las variables del estudio. En segundo lugar, existe un posible sesgo de desinformación porque los familiares o pacientes proporcionan la información inicial y clínica. En tercer lugar, fue imposible establecer con certeza que todos los pacientes tenían COVID-19 porque no se habían realizado pruebas diagnósticas para todos los pacientes.
Sin embargo, el 72.30% de los pacientes que se sometieron a pruebas de anticuerpos habían desarrollado IgG o IgM contra SAR-CoV-2. En cuarto lugar, debido a la falta de información adicional, la interpretación de nuestros hallazgos podría estar al menos parcialmente confundida (por ejemplo, diferencias en los hábitos alimentarios, seguimiento correcto del tratamiento y calidad del ClO2). Estas y otras variables deben tenerse en cuenta en futuros estudios.
Conclusión
Este es el primer estudio que examina los efectos adversos y los beneficios de una solución de dióxido de cloro como tratamiento alternativo para COVID-19. Los efectos secundarios por consumir dióxido de cloro son raros, el 6.78% de los pacientes informaron efectos secundarios y estos fueron leves, transitorios y no pusieron en peligro la vida del paciente.
Las pruebas de sangre no revelaron cambios sistémicos después del consumo de dióxido de cloro; además, varios parámetros sanguíneos inicialmente elevados disminuyeron y se volvieron normales después del tratamiento con dióxido de cloro. Desde la primera ingesta, el dióxido de cloro mejora la concentración de oxígeno en la sangre, lo que mejora la respuesta fisiológica.
Los pacientes tratados solo con dióxido de cloro tuvieron menos días con síntomas en comparación con aquellos tratados con varios medicamentos. El 99.07% de los pacientes tratados fueron dados de alta sin ningún problema de salud. Nuestros hallazgos indican que cuando se usa correctamente, el dióxido de cloro como solución es seguro para el consumo humano en la concentración y dosis adecuadas. Este estudio demuestra un alto nivel de seguridad y eficacia del dióxido de cloro en el tratamiento de COVID-19.
Estos hallazgos justifican la realización de ensayos controlados aleatorios para evaluar su eficacia contra el SARS-CoV-2. Dicho ensayo podría abrir el camino a nuevas investigaciones sobre el uso potencial de nuevos compuestos para resolver problemas de salud pública actuales y futuros, que es, después de todo, el objetivo de la Organización Mundial de la Salud y otras autoridades sanitarias.